Sabiendo que por el día iba a hacer mucho calor y viendo el espectacular amanecer, me fui a dar una vuelta bien prontito por San martín, aprovechando el fresquito y la soledad del pueblo. Realmente fue una maravilla poder pasear completamente solo y en total silencio por el pueblo, exagerando un poco parecía distinto, así que fue una cosa que repetí los siguientes días.
Tras mi paseo matutino y desayunar todos juntos nos fuimos hacía la primera visita del día, el santuario de la Peña de Francia.
Santuario Peña de Francia
La subida hacía el santuario con el cielo completamente azul fue preciosa, el primer tramo discurre a través de un poblado bosque, donde da la sensación que de un momento a otro te puedes topar con un ciervo, jabalí etc.
Una vez superado el bosque sigues subiendo por una escarpada carretera desde donde las vistas son espectaculares.
Santuario Peña de Francia
Después de una media hora de subida, llegamos hasta lo alto junto al Santuario el cual se encuentra a 1723 m. Dejamos el coche en un parking que hay nada más llegar y comenzamos la visita. Lo primero que te sorprende como ya hemos comentado y como veréis en las fotos son las espectaculares vistas de 360º, desde donde podemos ver el campo charro, la sierra de Tamales y algún pueblecito que más tarde visitaríamos, como La Alberca, etc.
Panorámica
Panorámica
Panorámica
Panorámica
El Santuario está compuesto por vario edificios y una plazita, lo gestionan los Dominicos y proponemos las siguientes actividades:
Una de ellas es hacerle una visita a la pequeña Virgen negra Patrona de la sierra de Francia y que se encuentra dentro de una gruta a la que hay que entrar desde una pequeña capilla.
La Virgen negra
También se puede entrar al Monasterio, aunque la visita se limita a los bajos del edificio, donde lo único destacable es un pozo.
Monasterio
El pozo
Por último la Iglesia la cual es muy bonita y está muy bien adornada.
La iglesia
Como curiosidad comentar, que en lo alto también se encuentra una enorme estación meteorológica, la cual se puede ver desde kilómetros a la redonda, si el tiempo lo permite, claro.
Estación metereológica
Una vez bajamos desde lo alto del santuario no sin antes parar a coger agua de una fuente que había en la bajada, hicimos un alto en un pequeño pueblecito de nombre Nava de Francia, el cual es el pueblo natal de una compañera.
Nava de Francia
Casita típica de la zona